Esteatosis hepática no alcohólica (HGNA)


Introducción

El hígado graso no alcohólico (HGNA) consiste en el acúmulo de vacuolas de grasa en el citoplasma de los hepatocitos, en pacientes sin un consumo tóxico de alcohol y no asociado a otras enfermedades hepáticas. Es muy prevalente en la población occidental, paralelamente a la mayor prevalencia del síndrome metabólico. Es importante, detectar precozmente los pacientes con HGNA, para incidir sobre los factores asociados y evitar que evolucionen a formas más severas. El diagnóstico debe sospecharse en sujetos con una elevación de las cifras de transaminasas, descubierta en general de manera casual, y en los que se han excluido otras causas de en fermedad hepática. Las manifestaciones clínicas y analíticas son poco específicas, y las técnicas de imagen muestran los cambios sugestivos de esteatosis, pero no permiten distinguir la presencia de lesiones más avanzadas, como fibrosis. Sin embargo, aquellos pacientes que presenten parámetros sugestivos de esteatohepatitis (EHNA) deberán ser remitidos para la práctica de una biopsia hepática. Desde el punto de vista terapéutico, se deben de aplicar medidas generales relacionadas con los cambios de estilo de vida (dietéticos y ejercicio físico) y tratar los factores asociados. 

Helicobacter Pylori


La bacteria que más infecta al ser humano:
Antígeno en Heces Vs. Anticuerpos en sangre.

El Helicobacter pylori (HP) fue inicialmente observado en pacientes con gastritis, pero desde su descubrimiento se ha asociado, no solo con esta afección, sino también con úlcera péptica, linfomas y adenocarcinomas gástricos. En los países en desarrollo se estiman cifras de contaminación que resultan alarmantes. La vía de contaminación más probable es la oral y se le atribuye un papel fundamental a las aguas de consumo humano. 
La infección por HP está ampliamente diseminada; su prevalencia a nivel mundial es del 30-50 %. La infestación por la bacteria suele ocurrir durante la infancia y su cuadro clínico se caracteriza por dolor abdominal, náuseas, vómitos mucosos y malestar general. El cuadro clínico puede extenderse una semana después de la cual la sintomatología desaparece permanentemente. Esta enfermedad infecciosa como muchas otras, puede ser asintomática hasta en el 50% de los adultos. Una vez que la bacteria coloniza el aparato gastrointestinal humano puede producir en pocas semanas o meses una gastritis superficial crónica, la cual al paso de varios años o incluso décadas, puede degenerar en úlcera péptica o adenocarcinoma gástrico.

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